Bloqueos en Matemáticas

El miedo es una arma poderosa. Una persona con miedo no es capaz de reaccionar de la misma manera que otra que no lo tiene, está inhibida, truncada, limitada por su propia percepción de sí mismo

Desafortunadamente, el miedo es una respuesta muy habitual ante las matemáticas; el miedo al fracaso, el miedo a no entender, el miedo a no saber qué hacer con los números, el miedo al análisis, al cálculo que se sale del papel y que está presente en el día a día de todos. Ese miedo paraliza y convierte en imposible lo difícil y en difícil lo sencillo y, sobre todo, ese miedo predispone negativamente a las matemáticas, las afea y las deforma para convertirlas en monstruo, en monstruo inútil

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El miedo y su consecuencia (el bloqueo) no sólo están presentes en los niños o en los estudiantes sino que los adultos parecen convivir con ellos también. De hecho, como todos los hábitos, parece más complicado deshacerse de ellos y aceptarlos una vez que se es adulto

El potencial y el talento se ven claramente truncados por los bloqueos, una persona es, dentro de sus capacidades reales, lo que su mente le permite ser y la motivación es el gran motor para el aprendizaje. Por lo tanto, si los miedos minan la motivación y la percepción de uno mismo se ve deformada por los bloqueos, el talento y la capacidad de enfrentarse a los problemas disminuye. Además, los bloqueos son enemigos de la creatividad y la imaginación, requisitos imprescindibles para crear y amar las matemáticas

Este miedo a las matemáticas es una “dolencia” común entre niños, adolescentes y adultos. Es una “enfermedad” que parece no curarse con los años y que, seguramente, todos los que alguna vez hemos pensado en esto nos hemos planteado si de verdad las matemáticas son tan difíciles o si se podía haber mejorado algo desde el lado de los docentes

Con los bloqueos llega la falsa imposibilidad de hacer algo, de pensar que es demasiado difícil o que ni siquiera se entiende lo que están preguntando. Resulta curioso que el origen de estos bloqueos no tenga relación con el contenido sino con la manera de concebir y enfrentar las matemáticas (o la manera en la que se han enseñado), pero que aún así los resultados académicos se vean influidos por estos bloqueos. Ese es precisamente el verdadero obstáculo, ya que es el propio bloqueo perceptivo (la incapacidad de entender de dónde vienen los miedos) y la falta de perspectiva lo que hace que sea complicado superar esos miedos

Los bloqueos en matemáticas pueden clasificarse en tres grupos bien diferenciados:

Bloqueos de origen afectivo o emocional

Apatía, pereza, falta de motivación

Pensar es un trabajo costoso con el que no todo el mundo disfruta, sobre todo si no siempre se ve recompensado. Cuando pensar se convierte en una tarea u obligación, resulta complicado ponerse a ello sin procrastinar en el intento

La apatía o la pereza en matemáticas es una de las respuestas más recurrentes de los estudiantes y de los que se ven obligados a utilizar matemáticas en su día a día (cualquier razonamiento matemático o discurso lógico que se les presente). Cuanto más haya que pensar, más apatía se produce. Por ejemplo, es habitual ver asomar a la pereza frente a un problema o un ejercicio con muchos apartados, independientemente de la dificultad que éstos conlleven

Cuanta más independencia de pensamiento se conceda en el ejercicio, más apatía existe, es preferible que nos digan qué, cómo y cuándo lo tenemos que hacer y, si se puede, lo más rápido posible. Por eso existe ese miedo o apatía generalizada por los problemas en los que hay tanto que leer que seguro que son muy difíciles

Evidentemente, la apatía y la pereza son enemigos de la creatividad, y ésta y la imaginación deberían ser pilares imprescindibles en el aprendizaje matemático y la resolución de problemas

Miedo al fracaso, miedo al ridículo, miedo al examen

El aprendizaje (y la enseñanza) de las matemáticas conlleva un esfuerzo no trivial, este hecho unido a la relación socialmente aceptada de que los que saben hacer matemáticas son más listos, implica una clara desmotivación como respuesta a los fracasos o exámenes suspensos en matemáticas. Y, a su vez, una predisposición negativa ante la materia y una deformación en la percepción de uno mismo en el enfrentamiento a problemas

El miedo al ridículo está relacionado con el miedo a ser diferente y salirse de los patrones establecidos, el temor a ser original en la manera de ver y de enfrentarse a las matemáticas

Ver ejemplos de Bloqueos afectivos

Bloqueos de tipo cognoscitivo

Carencia de herramientas (limitaciones cogniscitivas)

Estos bloqueos son los menos problemáticos de identificar y clasificar. Se caracterizan por el desconocimiento o poca habilidad en el uso de las herramientas necesarias en la resolución de problemas. Generalmente esta carencia es debida a la falta de práctica y la manera de enfrentar este bloqueo es sencilla; conociendo estrategias heurísticas y haciendo muchos problemas

Problemas en la percepción del problema (Bloqueos perceptivos)

Este bloqueo aparece ante la incapacidad de entender el problema o parte del problema y la incapacidad para desglosar el problema. En ocasiones esta incapacidad es resultado de una falta de perspectiva que hace que se vea sólo lo que se quiere ver y no se consideren otros puntos de vista

Problemas en el “ataque” al problema

Dentro de los bloqueos perceptivos se pueden diferenciar las limitaciones inventadas, llamadas suposiciones ocultas o visiones estereotipadas. Un ejemplo sencillo es el problema de los nueve puntos:

Se consideran 9 puntos distribuidos de la siguiente manera:

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Trata de unir todos los puntos con 4 segmentos sin levantar el lápiz

La suposición oculta en este caso es que no nos podemos salir del cuadrado formado por los puntos, pero el enunciado no lo dice en ningún momento

Una de las respuestas a este problema es la siguiente:

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Otro tipo de bloqueo perceptivo es el efecto túnel, efecto que ocurre cuando nos encontramos tan inmersos en el problema que no somos capaces de considerar otras alternativas en la resolución. Un ejemplo del efecto túnel puede ser cualquier problema sin solución. Al enfrentarnos a él supondremos que tiene solución y tardaremos mucho en darnos cuenta de que no la tiene ya que al estar tan metidos en la búsqueda de solución ni tendremos en cuenta la no existencia de la misma

Un ejemplo particular del efecto túnel es el Quinto postulado de Euclides:

Durante más de dos milenios, geómetras de todo el mundo pensaron que este postulado podría deducirse de los otros cuatro. No fue hasta el siglo XVIII que Girolamo Saccheri se aproximó de manera diferente al problema, tratando de demostrar sin éxito la falsedad del postulado.

La realidad es que el quinto postulado no se desprende de los cuatro primeros y de hecho, la manera de probarlo deja la puerta abierta a la existencia de otras geometrías en las que dicho postulado no se cumple (Geometría no euclídea).

Tanto el efecto túnel como las suposiciones ocultas pueden relacionarse con la creatividad e imaginación con la que nos enfrentamos a los problemas de matemáticas. Seguir el patrón establecido y no salirnos del camino marcado es, aparte de la opción más sencilla, la decisión que en general parece más correcta

Ver ejemplos de Bloqueos perceptivos o cognoscitivos

Bloqueos ambientales o culturales 

El ser humano (especialmente en la niñez) aprende de lo que ve y de lo que oye, su cultura y su comunidad (entendiendo por comunidad todo aquello que le rodea social y afectivamente) influyen directamente en su aprendizaje

La tendencia a la practicidad evitando la creatividad puede considerarse como un bloqueo de tipo cultural

La manera de entender las matemáticas y el gusto por la materia también puede verse influido por agentes externos a nosotros y a nuestra cabeza. Por ejemplo, si estamos acostumbrados a que en los exámenes aparezcan números enteros como resultados a los problemas o ejercicios, nos alertará, nos bloqueará y tenderemos a pensar que lo hemos hecho mal si en un examen el resultado es 2,148 y no es “redondo” o tan “bonito” como nos han enseñado que debía ser. Lo que nos han transmitido nuestros padres y, sobre todo, nuestros profesores resulta esencial en nuestro concepto de las matemáticas, su utilidad y su belleza.

Se pueden considerar dos bloqueos ambientales o culturales: la sabiduría popular y las ideas inertes. El primero es el resultado de la experiencia recabada a través del tiempo y del espacio por la comunidad que rodea al individuo. El segundo son conceptos o instrumentos ineficaces que no “activan el cerebro” y que, por el paso del tiempo y de la rutina, han continuado en el sistema educativo a pesar de su inutilidad actual

Ver ejemplos de Bloqueos culturales o ambientales

 

Vídeo explicativo de bloqueos en Matemáticas:

 

La actividad mental es capaz de proporcionar placeres inmensamente profundos

Miguel de Guzmán

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